La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha juzgado este martes a un padre, de 49 años, acusado de agredir sexualmente a su hija cuando ésta tenía nueve años y hasta que cumplió los diez años, momento en el que la menor contó en el colegio lo que le estaba pasando.

Según sostiene el Ministerio Fiscal, el acusado, desde que la menor tenía nueve años y hasta que tuvo diez años, “aprovechando su relación de parentesco y las numerosas veces en las que estaba a solas en su propia casa con su hija, la obligó” a diversas prácticas sexuales. Asimismo, recoge que si la menor se negaba a meterse en la cama como él, “le pegaba con una chancla”.

“Eso no se lo he hecho yo a mi hija”, ha dicho el acusado en el juicio, al tiempo que ha reiterado en múltiples ocasiones que todo es “incierto” y “falso”. Ha manifestado que él vivía con su hija desde prácticamente recién nacida puesto que la madre biológica “se desentendió” de la menor a los pocos meses de nacer y él se hizo cargo de todo. Por ello, el padre tenía la guardia y custodia de la menor.

Ha añadido que su hija era “especialmente fantasiosa y mentirosa” y ha mostrado su convencimiento de que “alguien” tuvo que “meterle esas cosas en la cabeza” para que la niña lo acusara delante de sus compañeros de clase y de su profesora de inglés. También se ha definido como un padre “autoritario” que la castigaba habitualmente por lo que ésta le podría guardar “rencor y resentimiento”.

Fue en diciembre de 2022 cuando la menor, tenía diez años, cuando contó a sus compañeros de clase lo que supuestamente le hacía su padre y estos la convencieron para que se lo contara en clase a su profesora, que puso los hechos en conocimiento de la directora para activar el correspondiente protocolo.

La declaración de la menor en el juicio ha sido la reproducción de la entrevista que en su día mantuvo la menor en el colegio con dos miembros del Equipo de Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil y en presencia de la directora del centro. En dicha entrevista la menor relata con detalle las prácticas a que le supuestamente la sometía su padre y que a ella no le gustaban.

Hasta tres profesores del colegio en el que estudiaba la menor, en un municipio de Sierra Mágina (Jaén), han declarado en la vista que la niña, al margen de sus problema de dificultad cognitiva por los que precisaba refuerzo educativo, era una niña “normal”, “muy cariñosa” y que siempre acudía al colegio con aspecto “aseado”, evidenciando que estaba “bien atendida”.